Los indecisos fueron, finalmente, quienes dieron el triunfo a Pedro Pablo Kuczynski en la última semana de la elección, coincidieron en señalar los cuatro líderes de encuestadoras entrevistados por este semanario. 

PPK: una semana antes estaba desahuciado.

El líder de Peruanos por el Kambio obtuvo 50,12% frente al 49,88% que alcanzó Keiko Fujimori, una diferencia de 41,438 votos, según los resultados finales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Urpi Torrado, de Datum, explica así lo que ocurrió en el último tramo de la contienda electoral más apretada de los últimos 50 años en el Perú. “El punto de inflexión se dio en el debate del domingo 29 de mayo. Hasta antes de ese momento, la ganadora era Keiko Fujimori. Sin embargo, el viernes 27 había un grupo grande de indecisos que nosotros medimos en 14%. A la mitad de semana, el miércoles 1 de junio, los indecisos ya habían bajado a 11%. Y el viernes 3 de junio, a dos días de la elección, la cifra se redujo a 8%. Esa era la tendencia y así se mantuvo hasta el domingo 5, cuando finalmente los indecisos eran ya, apenas, 6%. Esto quiere decir que los indecisos bajaron en 8 puntos porcentuales en una semana. Keiko Fujimori no perdió votos. Lo que sucede es que, en los últimos días de la campaña, estos indecisos tomaron posición a favor de Pedro Pablo Kuczynski”. ¿Por qué se revirtió la tendencia? “En el balance global, Lima fue lo más importante porque reúne a la tercera parte del electorado. PPK estaba perdiendo la elección porque, hasta antes del segundo debate presidencial, Keiko Fujimori estaba primera en la capital.  

Fuerza Popular: festejo callejero después de conocerse el conteo rápido.

Se había producido un trasvase de votos a favor de ella en los niveles B y C, fundamentalmente. Recuperar esos votos era crucial para Pedro Pablo Kuczynski”, dice Hernán Chaparro, de GFK. Alfredo Torres, de Ipsos Perú, explica qué tuvo que suceder para este cambio: “Sucedió un mix de cosas. La investigación de la DEA (la agencia antidrogas de los Estados Unidos) puso en foco el lado oscuro de Keiko Fujimori, representado por Joaquín Ramírez. El fujimorismo logra controlar el daño, pero cuando José Chlimper, el candidato a la primera vicepresidencia de Keiko, entrega el audio manipulado a Panamericana Televisión se refuerza esta imagen negativa en la candidatura de Keiko. Creo que allí perdió la elección porque le dio los elementos a Pedro Pablo, a la prensa, para atacarla y remarcar conceptos. Esto impactó en los indecisos de Lima y del interior porque Keiko Fujimori no pierde votos. El que sube es PPK”, subraya Torres. Luis Benavente, de Vox Pópuli, remarca: “En Lima se produjo el mayor cambio porcentual. Si analizamos el tema en retrospectiva, veremos que, luego de la primera vuelta, Keiko se orientó hacia las zonas populares de la capital, como el Rímac y San Juan de Lurigancho, pero con el tiempo llegaron los casos de Joaquín Ramírez y el audio trucho de José Chlimper y esta gente se encontró con esta información negativa que pesó al final de la campaña”. Chaparro acota que “en Lima está el votante de centro que no es tan antifujimorista, pero que busca un candidato con liderazgo. Es un elector que podía cambiar de un momento a otro, que inicialmente no estaba tan convencido por PPK, pero que definitivamente se escandalizó con la participación de Chlimper en un intento por limpiarle la cara a Joaquín Ramírez. Eso lo hizo tomar posición”, dice. Fernando Tuesta Soldevilla, de la Universidad Católica, apunta que la preocupación por la presencia de dineros provenientes presuntamente del narcotráfico en la campaña de la hija del reo impactó en el elector indeciso que considera la inseguridad ciudadana como uno de sus principales problemas. “En el último tramo se conjugó un mayor impacto en Lima. Por un lado, el caso Ramírez-Chlimper revivió el antifujimorismo que parecía haber llegado a su techo y que se expresó en la marcha del 31 de mayo. Y, peor aún, revivió un temor alrededor del narcotráfico. Este tema sí genera sentimientos muy negativos porque engloba corrupción e inseguridad. La asociación de Fuerza Popular con el narcotráfico le hizo mucho daño a Keiko Fujimori en Lima. Alguna gente puede pasar por alto la corrupción, pero no el narcotráfico”, señala Tuesta. Torrado destaca otro factor importante: el cambio de actitud de Kuczynski en el último debate presidencial: “En el segundo debate se vio a un PPK distinto. Algunos de los peros hacia él como candidato se disipan a los ojos de los indecisos, sobre todo en Lima. Una candidatura puede estar cuestionada, pero cuando no ves a un oponente que convenza, tampoco vas a votar por él. Y es a partir del último debate que PPK enarbola la bandera de la democracia y estructura unmensaje que caló en los indecisos”, asegura Torrado. Y, en efecto, así sucedió. Los resultados de la ONPE indican que la candidata de Fuerza Popular se alzó con la victoria en 22 distritos de Lima, los más populosos de la capital, y Kuczynski en 21. Pero incluso en los distritos donde se impuso la hija de Fujimori, como Santa Anita, Comas, el Rímac y Chaclacayo, el margen entre ambos candidatos fue bastante ajustado. Finalmente, en el resultado global, Kuczynski venció en Lima con 50,10% frente a un 49.8% de su rival Fujimori. 

EL EFECTO VERÓNIKA

Verónika Mendoza - "lA flor de la esperanza"

Los encuestólogos coinciden en que en los bolsones de indecisos del interior del país fue fundamental el apoyo de la lideresa del Frente Amplio, Verónika Mendoza. “En el sur un grupo de gente, mayoritariamente antifujimorista, ya se había ido con PPK. Entonces, ¿sobre quién actúa Mendoza? Primero, sobre los indecisos más politizados. Ella logra que este grupo, que rechaza al fujimorismo pero que veía con recelo a Kuczynski, termine votando por él. También logró algo importante: impactar en otro grupo de indecisos, los indiferentes, aquellos que simplemente iban a viciar su voto el 5 de junio. A ellos, Mendoza les habló directamente con un mensaje emotivo. Les habló de la familia, del peligro de la corrupción, influyendo definitivamente para que voten por Pedro Pablo. Todo esto se ha traducido en una reducción histórica del voto blanco y viciado. Esta es la campaña electoral donde el voto blanco es uno de los más bajos en la historia republicana reciente”, dice Hernán Chaparro. Benavente recuerda que, en la primera vuelta, PPK tuvo muy poco voto en el sur. La ganadora indiscutible fue Mendoza. Benavente explica: “El voto de Verónika, de la izquierda, sea ideológico o no, no iba a ir donde Keiko, de tal manera que un porcentaje de este voto se desplazó hacia PPK. Verónika actuó sobre los indecisos al mostrarse como una especie de aval a favor de Pedro Pablo. Pero tampoco podemos dejar de lado la marcha del 31 de mayo porque el impacto regional, nacional debe haberse sentido con bastante fuerza en todo el sur antifujimorista”. Chaparro coincide con Alfredo Torres en que a los indecisos del sur del país les llegó “un poco tarde” la denuncia de Ramírez. “Una semana antes de la elección, cuando le preguntamos a la gente de las zonas rurales del sur y el oriente por el caso Ramírez, era poco menos de la mitad la que estaba enterada. Esa gente terminó informándose después. Ahí funcionó el tiempo y la reiteración”, dice. “El efecto retardado del caso Ramírez empezó a circular por el sur en la última semana y tuvo gran impacto”, apunta el gerente de Ipsos. 

¿QUÉ PASÓ EN CAJAMARCA? 

El triunfo de Kuczynski en Cajamarca y Puno, bastiones de Gregorio Santos, es atribuido fundamentalmente a las redes de la izquierda y de las agrupaciones locales que, en la última semana, llamaron a votar por PPK para cerrarle la puerta al retorno del fujimorismo. “Cajamarca se mueve con una lógica parecida a la cusqueña. Hay un fuerte antifujimorismo ideológico y eso pesó mucho”, dice Chaparro. Torres agrega: “Santos llamó a votar en blanco y viciado, pero el gobernador de Cajamarca, Hilario Porfirio, se pronunció contra el fujimorismo y pidió votar por Pedro Pablo y eso influyó”, sostiene. Mientras tanto, en el norte del país, la maquinaria partidaria de Acuña fue decisiva para que PPK acortara la brecha con su oponente y logre algunos puntos decisivos. “Tenemos que recordar que Alianza para el Progreso logró obtener 9 curules en el Congreso sin candidato presidencial. De hecho, diez días antes de la primera vuelta, el voto de APP creció de manera espectacular y al estudiar el fenómeno vimos que la agrupación de Acuña había iniciado una campaña fuerte con los líderes locales para votar por sus candidatos al Congreso. Tal parece que esta estructura se repitió durante la segunda vuelta y, si bien Keiko Fujimori se impuso en el norte, PPK acortó la distancia”, dice Chaparro. Alfredo Torres encuentra similitud entre la victoria de Kuczynski y la de Ollanta Humala, en el 2011, quien pasó a la segunda vuelta por detrás de Fujimori, pero que logró remontar y salir airoso al incrementar su votación en Lima y consolidar la del sur del país. “Creo que en ambos casos –afirma Torres– más que a un ganador de elecciones vemos a una candidata que pierde. En el 2011 Fujimori sucumbió por las esterilizaciones forzadas y ahora por el caso Ramírez-Chlimper. A Keiko se le han ido dos elecciones de las manos”.

Fuente: Hidelbrandt en sus trece 

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